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Francisco Ravella

Victor Viana | Revista eSmás Vilagarcía Nº 17

Al alcalde Ravella se le puede considerar como el iniciador de la moderna Vilagarcía.
Francisco Ravella

Al alcalde Ravella se le puede considerar como el iniciador de la moderna Vilagarcía, con su estructura actual a partir del ayuntamiento y los jardines que llevan su nombre. Curiosamente y al igual que ocurrió con otros grandes personajes de Vilagarcía, Ravella no nació en el municipio sino en Cataluña (concretamente en Barcelona en el año 1847), pero ya de niño debió llegar a Vilagarcía para ser criado por sus tíos: Lucía Vilá, la fundadora del Asilo, y José Bargés, que también había sido alcalde de Vilagarcía, ambos de origen catalán. Sus tíos formaban parte del ingente número de catalanes, alrededor de 15.000, que llegaron a las costas gallegas para iniciar el negocio de la salazón y posteriormente de la conserva, por lo que de alguna forma quedaron encuadrados en la estructura social y económica de Galicia. De joven, Ravella debió de trabajar en el negocio de sus tíos, ya que en algún poder notarial aparece como “dependiente de comercio”. Pronto se independizó de sus tíos y ya en 1876 aparecía como recaudador de contribuciones de Boiro, con fianza de su tío José Bargés, y desde el año siguiente se encargó de los negocios de su tío al morir este.

Posteriormente aumentaron sus actividades económicas, comprando y vendiendo terrenos, prestando dinero, fiador de cuentas… Pero fue en 1881 cuando entró en la política municipal como concejal del Ayuntamiento. Con personajes tan conocidos como José García Reboredo, José María Cuervo, Cayetano Pumariño, José María Insua y Jesús Otero, sorprendentemente y a pesar de su reciente ingreso en el área municipal, fue elegido alcalde.

Tan pronto se hizo cargo de la alcaldía, retiró las antiguas comisiones que ya no servían para la estructura municipal del momento, dando lugar a las modernas de Hacienda, Obras Públicas, Policía Urbana, Mercados, Sanidad o Caminos y fuentes, entre otras, para dinamizar el ayuntamiento.

 

Su primera preocupación urbanística y sanitaria fue la construcción de un mercado moderno, de 19 ferrados para pescados y carnes en la zona conocida como “Marina Sur”. Las obras se iniciaron en marzo de 1882 y ya en octubre de 1883 el contratista comunicó que las obras estarían terminadas en la semana siguiente. Es la que actualmente conocemos como Plaza de la Pescadería, que tuvo en su momento un coste de 42.652,20 pesetas.

La segunda gran preocupación de Francisco Ravella fue la construcción de una Casa Consistorial de acuerdo con el futuro que él veía para Vilagarcía, ya que hasta el momento lo que se hacía era alquilar determinadas casas de acuerdo con el alcalde de turno. No tenía por tanto el municipio un ayuntamiento municipal.

El lugar elegido por Ravella fue el por entonces conocido como “Campo de Cabritas” de 17 ferrados de robles y, aunque era un monte comunal, tenía la servidumbre llamada “derecho de o” por la cual el marquesado de Vilagarcía cobraba una cantidad determinada a cada tinglado que se instalaba en el lugar. Venía a ser un impuesto en favor del marqués de Villagarcía que ya venía de cientos de años.

Como era imposible coger el terreno sin arreglarse con el marqués de Villagarcia, y antes de emprender un pleito largo sin garantía de ganar, Francisco Ravella acordó con el marqués el pago de 25.000 pesetas, de las cuales se le pagaron 10.000 pesetas iniciales y el resto en dos años. Fue una clásica jugada económica del catalán ya que, si el marqués hubiera aguantado, a la larga habría ganado mucho más dinero.


 

“el terreno que hasta entonces se llamaba Plaza Mayor pasase a llamarse Plaza Ravella”

 

Ya con el terreno en posesión municipal, Francisco Ravella reservó un terreno para Casa Consistorial y jardines y del resto hace parcelas que pone a la venta para conseguir con ello no menos de 60.000 pesetas. O sea, que encima ganó dinero para poder iniciar las obras de la Casa Consistorial.

El tercer gran proyecto de Ravella fue el levantamiento de un plano geométrico de la población, “de acuerdo con la situación, futuro y condiciones urbanísticas del municipio”. Merced a este plano, que venía a ser un plan general de ordenación urbana referido solo a la zona urbana de Viilagarcía, quedarían señalizadas para el futuro las calles y plazas. Así convirtió Vilagarcía en una ciudad moderna.

Desgraciadamente sus otras grandes pretensiones, como la construcción de una casa consistorial y jardines en sus cercanías para Vilagarcía, no los pudo ver por su repentina muerte, acaecida el 24 de noviembre de 1885. Su acta de enterramiento decía lo siguiente:

“A las dos de la tarde en esta Parroquial de Santa Eulalia de Arealonga, Villa de Villagarcía propia municipalidad de la provincia de Pontevedra, se dio en el cementerio de esta Iglesia Parroquia, con oficio solemne de la misma, sepultura eclesiástica al cadáver de don Francisco Ravella y Arenas, soltero, fomentador, Presidente de la Corporación Municipal de esta Villa, el que había fallecido el día veinticuatro a las  diez y media de la noche en su casa de la principal Doña Luis Vilá, viuda de Don José Bargés de quien era sobrino y Apoderado, a consecuencia de una apoplegía cerebral fulminantes que le impidió el recibir los Santos Sacramentos. En este día se han celebrado los funerales de Cuerpo presente hallándose en depósito su cadáver en la Casa mortuoria de dicha su tía, con asistencia de unos treinta Sres. Sacerdotes y siete músicos de la Real Iglesia Catedral, con susinstrumentos y voces, aplicando misas en los dos otros días, interin estuvo el cuerpo presente. Y así conste lo firmo el día, mes y año. Celestino Fernández Granda”.

Tras su fallecimiento el nuevo alcalde, después de homenajear a Francisco Ravella, propuso la construcción de una Casa Consistorial tal como deseaba el anterior regidor, ya que sobraba terreno en el Campo de Cabritas. Años más tarde el Ayuntamiento decidió que se hiciese un retrato al óleo de Ravella, a la vez que aprobó que el terreno enfrente de la Casa Consistorial, que hasta entonces se llamaba Plaza Mayor, pasase a llamarse en el futuro Plaza de Ravella con los jardines incluidos.


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