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La Plaza de Abastos, lo mejor del mar y de la tierra

Fátima Frieiro Santaya | Revista eSmás Vilagarcía Nº 7

El volumen de negocio que mueve día tras día la Plaza puede determinarse por la cantidad de personas que trabajan en sus entrañas
La Plaza de Abastos, lo mejor del mar y de la tierra
 
Con un edificio que data del 1925 y protegido por Patrimonio la Plaza de Abastos de Vilagarcía guarda en su interior los mejores productos del mar y de la tierra. Su germen nación en el siglo XVIII de la mano de la vocación comercial de la capital arousana que ya estaba llamada a convertirse en el epicentro económico de la comarca. Y así fue. Hoy en día cuenta con hasta cuatro espacios totalmente diferenciados y con más de un centenar de vendedores con concesión directa que hace que la Plaza se constituya como uno de los espacios de referencia no solo para los vilagarcianos, sino aquellos que visitan la ciudad como turistas.

El imponente edificio está instalado en un relleno de lo que en su día fue la finca de "A hortiña", en uno de los márgenes del río de O Con, y es heredero de la todavía en pie Plaza de la Pescadería que se quedó pequeña ante la avalancha de la compre-venta en la ciudad. Los cambios en la distribución forzada por la última reforma del edificio han dejado unas instalaciones mucho más cómodas tanto para los vendedores como para los clientes. Justo en la entrada se encuentra la zona del pescado y del marisco, sector que también comparte la nave central y que es quizás el más popular de las instalaciones. A continuación está la conocida como Plaza de la Verdura que acoge a las personas que venden hortalizas y legumbres en un espacio que en su día era ocupado por las pescantinas. Clientes llegados desde distintos puntos de la comarca tienen a la Plaza vilagarciana como referencia en la calidad de sus productos.

El volumen de negocio que mueve día tras día la Plaza puede determinarse por la cantidad de personas que trabajan en sus entrañas. Las instalaciones cuentan actualmente con un total de 102 concesionarios de los cuales la mayor parte, un total de 62, pertenecen al sector del pescado y del marisco. El resto de los permisos se reparte en puestos de congelado, carnicería, frutería y panadería. A ello hay que sumarle los puestos adosados del exterior del edificio y que agrupan actividades como churrería, droguería, reparación de calzado, asador de pollos o floristerías.

A las concesiones administrativas hay que sumar la actividad que se desarrolla en la citada Plaza d la Verdura en donde las vendedoras solo están obligadas a abonar una tasa cada vez que usan las instalaciones. En este anexo tienen su puesto de venta al público alrededor de 82 personas.

La actividad asociativa también es destacada en la Plaza. En la actualidad existen dos colectivos que defienden los intereses de los vendedores en el edificio: La Asociación de Placeros y la Asociación de Vendedoras de Verdura. Ambos reclaman mayores espacios para el aparcamiento y mejoras sustanciales en los edificios que llevan comprometidas desde hace años. El proyecto con más impulso incluye el derribo de la Plaza de la Verdura y la reubicación de todos sus vendedores en otro espacio. Sin embargo, y sin un presupuesto claro sobre la mesa, son matices que todavía está por decidir.

Cabe destacar que los vendedores de este entorno han sabido adaptarse a los tiempos organizando periódicamente sesiones de "show cooking" y sorteos de fidelización. Claves que, además del eslogan de "lo más fresco está en la Plaza", sirven para luchar contra la presión de las grandes superficies. El objetivo: reinventarse con los mejores productos.

La Plaza de Abastos se mantiene abierta al público de martes a sábado por las mañanas y hay puestos que también están operativos el viernes por la tarde.

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