El año 1881 marcó un episodio trascendental en la historia de la Comarca del Salnés, en Galicia, con la llegada del rey Alfonso XII. Esta visita real, aunque breve, dejó una huella imborrable en la memoria de los habitantes de la región y subrayó la importancia de este rincón de la península en la historia de España.

La travesía de Alfonso XII comenzó con su desembarco en Carril, el puerto por excelencia de la ría de Arousa. La expectación era palpable, y las autoridades de todo tipo, encabezadas por el alcalde de Carril, Salvador Buhigas, acudieron para dar la bienvenida al monarca. Mientras el pueblo vitoreaba al rey, la emoción llenaba el aire. Sin embargo, la visita inicial fue breve y desató cierta decepción, ya que el rey partió inmediatamente hacia Santiago, dejando un sabor agridulce entre los habitantes de la comarca.

No obstante, la verdadera visita se llevaría a cabo a su regreso de Compostela. La muchedumbre abarrotó el puerto y sus alrededores para dar la bienvenida al rey con una alegría desbordante. En un gesto que evocaba la llegada del Rey Felón, Fernando VII, un grupo de jóvenes incluso intentó desenganchar los caballos del coche real para arrastrarlo por sí mismos. Sin embargo, Alfonso XII se negó cortés pero firmemente a ser arrastrado por los entusiastas jóvenes, mostrando su amabilidad y determinación.

Otra etapa importante de su visita real fue su paso por Vilagarcía, donde tuvo la oportunidad de visitar la escuadra Real antes de desembarcar en A Illa. La travesía estuvo marcada por la niebla, que dificultó la navegación de los barcos. En esta parada, el rey Alfonso XII visitó la Illa de Arousa y conoció la fábrica de conservas Goday el 19 de agosto de 1881. La calidad de los productos y la modernidad de las instalaciones impresionaron profundamente al monarca, quien, en señal de satisfacción, nombró a la fábrica proveedora de la Casa Real, un honor que destacaba la excelencia de los productos locales y el reconocimiento de su contribución a la gastronomía española.

Según el relato del cronista de Cambados, Sánchez Peña, la visita del rey Alfonso XII continuó en esta encantadora localidad a mediados del mes de agosto de 1881. El rey llegó en un elegante "landeau" de la época, acompañado de una pequeña corte. Al llegar a la plaza que rodea el palacio de Fefiñanes, Alfonso XII ordenó detener el carruaje para contemplar el conjunto de piedra que lo rodeaba. Bajó del coche y paseó por la plaza, quedando maravillado por la belleza del lugar.

La visita del monarca no se detuvo en Cambados, sino que continuó por las diferentes poblaciones de la Comarca del Salnés, culminando en la ciudad de Vigo, donde pernoctó durante varios días, prolongando así su estancia en tierras gallegas.

La visita de Alfonso XII en 1881, aunque breve, fue un momento histórico que unió a la realeza con una tierra rica en historia, cultura y tradición. El reconocimiento de la fábrica Goday como proveedora de la Casa Real resaltó la calidad de los productos locales, mientras que la admiración del rey por la belleza de Cambados dejó una huella imborrable en la historia de la comarca. Esta visita real sigue siendo un testimonio de la importancia de la Comarca del Salnés en el tejido histórico y cultural de Galicia y España.