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Luis López Ballesteros Señor de la Golpelleira

Victor Viana | Revista eSmás Vilagarcía Nº 12

Merece ser recordado por la lucha contra la invasión francesa de Galicia.
Luis López Ballesteros Señor de la Golpelleira

Autor: Víctor Viana
Historiador y Médico

 

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Artículo publicado en la revista eSmás Vilagarcía:


El hidalgo y señor de la Golpelleira, Luis López Ballesteros, era hijo del también dueño de dicho pazo, Diego López Ballesteros, que había hecho su fortuna como comerciante en México, en donde participó en su defensa como capitán del "Regimiento de Comercio”, unidad militar formada por comerciantes para la defensa del territorio.
Vuelto Diego de México, reconstruye el pazo y casa con María Vicenta Antonia y Varela y Verea, y nace Luis López Ballesteros en el pazo de la Golpelleira el 21 de junio de 1782.
Tras estudiar las primeras letras y Humanidades en Vilagarcía, inicia la carrera de Derecho en la Universidad de Santiago, llegando solo hasta el tercer año, al tener que regresar a La Golpelleira por la muerte de su madre, ya viuda, y tener que hacerse cargo de los negocios familiares.
Probablemente la vida de Luis López Ballesteros hubiera continuado como la de un sencillo hacendado, a no ser por la Guerra de Independencia que le llevó a ocupar puestos importantes en la defensa de la misma.Fue nombrado en 1808 Vocal de Subsidios de la Junta Provincial de Santiago, y en su comarca se encargó de organizar su defensa junto con el marino José Brandaríz. No fue por ello extraño, que cuando al año siguiente los franceses llegan a Vilagarcía, uno de sus objetivos principales fuera La Golpelleira y especialmente Luis López Ballesteros.
Al formase la Junta Superior de Galicia, órgano supremo para la defensa de la región, Luis López Ballesteros fue nombrado vocal de la Junta de Subsidios, encargándose de la intendencia, y entablando relaciones sobre todo con los militares ingleses encargados de abastecer de armamento y dinero a los gallegos.
A la vez, suministrará alimentos a la flota inglesa quepatrulla por Galicia, estableciendo relaciones personales con sus jefes, especialmente con el capitán de la fragata Lively, Jorge MacKinley.
Tras la expulsión de los franceses de Galicia, Luis López Ballesteros seguirá cooperando con las autoridades como Jefe de Alarmas y especialmente en la represión del contrabando, ya que para el mantenimiento de las tropas era imprescindible recaudar dinero a través de los impuestos, y el contrabando, - especialmente en las rías – desbarataba el sistema fiscal de la Junta Superior del Reino de Galicia, de la cual era vocal.
Tras la vuelta de Fernando VII a España, se inicia para Luis López Ballesteros la posibilidad de entrar en la  Administración Central, gracias sobre todo al vigués Manuel López Araujo, que tras ser nombrado Ministro de Hacienda, llama al vilagarciano para que le ayude en su labor, y producto de dicha colaboración, será la creación de las Juntas de Hacienda y Economía, organismos necesarios para impulsar la débil economía española.
Fruto de las iniciativas de nuestro personaje, es el nombramiento que le hace el rey, de Director General de Rentas, tratando de normalizar las reformas fiscales, imprescindibles para el mantenimiento de la burocracia gubernamental.
La ocasión de ocupar un ministerio surge en el régimen constitucional del Trienio Liberal (1820-1823) en el curso de ciertas intrigas palaciegas, por lo que muy acertadamente, López Ballesteros renuncia a tomar posesión del mismo.
La ocasión definitiva le vendría, cuando tras la vuelta al régimen absolutista, es nombrado Ministro de Hacienda en diciembre de 1823 para tratar de recomponer la maltrecha situación económica del país, con unos ingresos de 460 millones de reales, y unos gastos de 702 millones, pero sobre todo, un país destrozado por la guerra de la Independencia que todavía no se había recuperado tras los 10 años transcurridos y por el gasto que suponía mantener a los 100.000 Hijos de San Luis.
Lo primero que hizo como Ministro de Hacienda fue separar la recaudación y administración de las rentas del Estado, de su distribución, de tal forma que la recaudación y administración dependieran de una Dirección General de Rentas, mientras que la distribución lo fuera de una Tesorería Mayor.
Puso orden en las cuentas del Ejercito, ordenando la creación de “Ordenaciones de Pagos, Intervenciones y Pagadurías”, y a nivel nacional una “Junta para el Fomento de la riqueza nacional”, para estudiar y fomentar todas las ramas de la producción nacional, desde la navegación al comercio y la industria, la agricultura, etc. Si no había producción de riqueza no había impuestos, y sin impuestos no se podía hacer caminar al Estado.
Con sus decretos pretendía unos ingresos en 1824-25 de por lo menos 600 millones de reales, para lo cual aumentó las rentas corrientes, atacó las corruptelas administrativas y forzó las capas privilegiadas a cotizar, recobró viejos impuestos abandonados tal como el de los aguardientes y licores, arregló la enorme Deuda Pública, creó una “Junta Consultiva del Gobierno”, para asesorar al gobierno en materia económica, reorganizó la Aduana, una Ley de los funcionarios públicos con reducción de la burocracia y disposición sobre incompatibilidades, la Ley de Minas, organización de la primera Exposición industrial Nacional Española, etc.Sabedor de la valía de muchos liberales obligados a marchar de la administración, consiguió del rey un decreto para admisión de cesantes liberales, pero sobre todo merece ser recordado por la fundación del Banco de San Fernando, que tras la quiebra del Banco de San Carlos, era necesario para sostener la cotización de la deuda pública, dotándolo de 300 millones de reales repartidos en 50.000 acciones. El Banco de San Fernando fue el precedente del Banco de España. Igualmente se le debe recordar por la redacción del Código de Comercio, que contó con la colaboración del jurista, Pedro Sainz de Andino, a quien se debe La Ley de Enjuiciamiento Criminal, así como por la fundación de la “Bolsa de Comercio de Madrid”, destinada a la compra de deuda, acciones y obligaciones, etc.
Lo curioso de la fundación de la Bolsa, es que casi se arruina por una mala inversión en la misma.
Su actividad creadora no cesa tras los diez años en el ministerio de Hacienda. Fundó el Real Conservatorio de las Artes de Madrid y fue Director de la Real Academia de la Historia, institución a la que donó gran parte de su legado.
De sus doce hijos, destacar a Diego López Ballesteros que fue Ministro de Ultramar en el gobierno de Alejandro Mon.Falleció en Madrid el 13 de octubre de 1853.


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